Es bastante habitual ver casos de lenguaje ecolálico en niños TEA. La ecolalia es la repetición de palabras o frases que se han escuchado anteriormente. Puede repetir de forma automática algo que le han dicho, mensajes que ha escuchado en la televisión, una canción, etc. Estos niños pueden repetir la información escuchada de forma inmediata (ecolalia inmediata) o pueden repetirla después de segundos, minutos o días (ecolalia retardada o diferida). Además, el lenguaje ecolálico en niños TEA puede ser reproducido de forma exacta por el sujeto (incluso imitando la entonación, sonidos), de forma parcial (casi siempre la parte final del mensaje) o incluso pueden introducir cambios que indicaría una mayor competencia lingüística (ecolalia mitigada o expandida).
Una de las explicaciones que ofrecen los expertos es que la ecolalia esta asociada a una carencia o insuficiencia de respuesta verbal y bajo nivel de comprensión por parte del niño con TEA y por tanto, a un bajo nivel de competencia lingüística. No podemos olvidar, que la ecolalia surge incluso, en el desarrollo normal de algunos niños, como una estrategia de adquisición y aprendizaje del lenguaje. El niño, en este caso, repite las palabras y mensajes que aún no comprende para ganar tiempo en su procesamiento y otorgarles un significado.
Sin embargo, en el lenguaje ecológico en niños TEA, las ecolalias se presentan con una mayor frecuencia y son más persistentes en el tiempo. Sobre un 80% de los niños con Autismo verbal, no alcanzan las habilidades necesarias para generar un lenguaje espontáneo y presentan estas alteraciones de la comunicación. Tampoco podemos olvidar que el lenguaje ecolálico en niños TEA puede ayudar al proceso de adquisición del lenguaje.
Hay características propias de los TEA que favorecen también la aparición de las ecolalias: Como la dificultad en la atención compartida, dificultades en la comprensión del contexto, etc.
Expertos en el estudio de personas con Autismo, afirman que la ecolalia es sin duda, un buen pronóstico a nivel del lenguaje, ya que demuestra que el niño está al menos «sintonizando» con el lenguaje que le rodea. No obstante, la ecolalia no puede verse por si misma como un acto comunicativo, ya que suelen tener un carácter autorregulador o auto-estimulatorio (búsqueda de calma o placer). Un ejemplo muy claro de este tipo de ecolalia sería la repetición por parte del niño, de un diálogo escuchado en una serie de televisión.
Para ser consideradas como un intento comunicativo, las ecolalias deberían tener una finalidad y una función determinada (ecolalia funcional): Petición de un objeto, protesta, cambio de turno en la comunicación, etc.