En muchas ocasiones, los padres se sorprenden cuando les explicamos la estrecha relación existente entre el desarrollo de la alimentación y el habla.
Llegan a nuestra consulta angustiados porque el niño casi no habla o no entienden lo que dice y después de hacer la anamnesis, observamos que tampoco ha superado la etapa de triturados en la alimentación y casi no toma ningún alimento sólido.
Es entonces cuando les explicamos que del mismo modo que en la masticación, el habla también requiere de un control motor, en el que están implicados un gran número de músculos y estructuras que el niño debe ejercitar y desarrollar. Si no se introduce la alimentación sólida y el niño continua comiendo alimentos blandos o triturados durante más tiempo del aconsejable, es más que probable que ese niño, no desarrolle el tono muscular adecuado, la fuerza, la coordinación o la precisión necesarias para articular correctamente los sonidos y presente Dislalias o un Retraso del Habla.
Para evitarlo, es necesario que el niño ejercite a diario estas estructuras y músculos implicados en la alimentación, con ejercicios o “juegos” que amplíen sus destrezas en el movimiento de la lengua, los labios, mejillas, mandíbula, etc. Estos ejercicios, sumados a la introducción de alimentación sólida, favorecerán la aparición y dominio de los movimientos complejos necesarios para articular los fonemas implicados en el habla.
Desde nuestra consulta de logopedia, nos encargamos de orientar a las familias y rehabilitar a aquellos niños que presentan alteraciones de la alimentación y el habla, adquiriendo patrones correctos de alimentación, deglución y articulación, eliminar hábitos incorrectos y alcanzar la mayor autonomía posible por parte del niño.
Aunque la mayoría de los niños alcanza un nivel adecuado en la alimentación y el habla a la edad que corresponde, no debemos olvidar que en estos procesos intervienen varios factores, entre ellos la madurez del niño. Por lo que en ocasiones se se hace necesaria una intervención o “entrenamiento” para alcanzar un correcto desarrollo.