De repente, el logopeda al que acude nuestro hij@ nos comunica que entre los objetivos a desarrollar y trabajar en la terapia de logopedia se encuentra la conciencia fonológica, argumentando que de ese modo, mejorará su aprendizaje en la lectura y la escritura.
Pero, ¿sabemos qué es la conciencia fonológica?. Nos parece sencillo y habitual que nuestro hij@ sepa que las palabras «avión» y «artefacto» empiezan ambas por la letra «a», o que la primera de las palabras tenga tres sílabas y la segunda tenga cuatro sílabas. Sin embargo, para llegar a ese nivel de conocimiento fonológico, hay un complejo proceso que nuestro cerebro realiza hasta alcanzar la capacidad o habilidad para reflexionar conscientemente sobre las sílabas, las letras, los sonidos, es decir, los diferentes segmentos fonológicos o formantes del lenguaje oral. ¿Quién iba a pensar que se necesitaría capacidad de reflexión sobre el lenguaje hablado y tomar conciencia de las unidades fonológicas del lenguaje?
Como se ha podido comprobar en numerosos estudios, la habilidad lectora está íntimamente relacionada con el nivel de conciencia fonológica que alcance cada niñ@. Los prelectores que han sido previamente entrenados con estas técnicas, obtienen puntuaciones superiores en comparación a otros prelectores sin entrenamiento. Por este motivo, antes de iniciar el aprendizaje de la lectura, es muy positivo que los niñ@s alcancen previamente un nivel mínimo de conciencia fonológica para adquirir unas habilidades lectoras básicas que, a su vez, proporcionarían la base para rendir en tareas fonológicas más complejas.
Ademas, en niñ@s con alguna patología del lenguaje, dificultades en lecto-escritura, Dislexia, etc, es muy recomendable ponerse en manos de un logopeda colegiado para evaluar, prevenir y en su caso tratar cualquier alteración del lenguaje o del habla.
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