No hace muchos años, la causa principal de los DCA: Daño Cerebral Adquirido eran los traumatismos craneoencefálicos (TCEs), causados en su mayoría por los accidentes de tráfico. Sin embargo, nuestras costumbres, modo de vida sedentario y la mejora de la seguridad en vehículos y carreteras han provocado que, en la actualidad, sea el Ictus la primera causa de DCA con una gran diferencia respecto a los TCEs y otras causas.
El Ictus, además de ser la primera causa de DCA (según las cifras oficiales se producen más de 100.000 nuevos casos al año), también ha cambiado la edad de incidencia. Es decir, no solo hay más casos de Ictus que hace unos años, sino que también se suceden en pacientes más jóvenes.
Estos dos motivos: Incremento del número de casos de DCA: Daño Cerebral Adquirido por Ictus y la incidencia de DCA en personas cada vez más jóvenes ha provocado una multiplicación exponencial de estudios e investigaciones para mejorar la prevención, intervención y rehabilitación de la población.
Actualmente existen varias campañas informativas de concienciación ciudadana para la prevención y detección temprana del Ictus. Entre las recomendaciones más habituales para la prevención del Daño Cerebral Adquirido por ictus, se aconseja según la neuropsicóloga A. Lazcanoiturburu: “Ejercicio moderado, no fumar y llevar una alimentación equilibrada”. “Las personas que sufren patologías cardiovascular tienen que llevar más control”.
Además del aspecto preventivo, otro de los pilares clínicos para minimizar el daño cerebral y las secuelas en un Ictus es la rapidez en su detección, y para hacerlo, debemos conocer la sintomatología típica que puede presentar: Problemas de fluidez de habla (no se le entiende bien), no comprende lo que le decimos, la movilidad de brazo o pierna de la mitad del cuerpo esta afectada o imposibilitada, dolor de cabeza muy intenso y repentino, mareos y visión borrosa o pérdida de visión de uno o de los dos ojos. En el caso de que una persona presentase uno o más de estos síntomas, es imprescindible llamar al 112 para comunicar el caso. De este simple gesto, depende que las secuelas sean menores y la recuperación más rápida.