El Bruxismo es el hábito de rechinar y/o apretar las arcadas dentarías, que generalmente se realiza de manera involuntaria, es decir, inconscientemente. Los síntomas más comunes en las personas que sufren son el dolor muscular de la zona mandibular y dolores recurrentes de cabeza, además de un desgaste dental prematuro.

Si al levantarte por la mañana, notas un cansancio excesivo en la musculatura de la cara (sobre todo en la zona mandibular y temporal) o del cuello y ademas presentas uno o varios de los siguientes síntomas, es muy probable que padezcas Bruxismo:
– Si rechinas los dientes o te dicen que lo haces al dormir.
– Si observas un desgaste prematuro de tus dientes.
– Si notas ruidos y/o molestia en la articulación temporomandibular (que está situada delante del oido).
– Si sufres dolores de cabeza recurrentes.
– Si notas molestias, dolores o acúfenos (pitidos) en los oídos.
– Si tienes una limitación mayor en la apertura bucal o asimetría en el movimiento de la mandíbula al abrir la boca.

El origen de esta patología esta muy ligado con unos niveles altos de estrés emocional de la persona. El Bruxismo, ya sea nocturno o diurno, no se trata de una enfermedad propia, sino de un signo de alarma, un síntoma de que algo no funciona correctamente en nuestro cuerpo. Generalmente, apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria, es una disfunción debida a una situación de estrés que no sabemos como manejar de una forma correcta. Nuestro cuerpo reacciona haciendo fuerza con la mandíbula para liberar la tensión acumulada por esas situaciones de estrés.

El Bruxismo es un problema que afecta del mismo modo a mujeres y hombres sin hacer diferencia en su condición ni en su edad. Nadie está exento de poder sufrir esta patología: niños, atletas, personas sedentarias, personas con trabajos de alto nivel de estrés, ancianos, estudiantes, etc. En cualquier momento que exista un factor estresante que no sepamos gestionar, es posible que aparezca el Bruxismo.

Como afecta en mayor o menor medida a las funciones de respiración, alimentación, deglución, fonación y articulación, esta patología está directamente relacionada con la Logopedia. Por lo que, aunque es el dentista, el profesional sanitario que de forma más común identifica o diagnostica este problema, cada vez más casos son detectados y rehabilitados por el logopeda. El tratamiento logopédico minimiza en gran medida la sintomatología relacionada con el Bruxismo.

El dentista suele confecciona una férula de descarga nocturna y a veces también diurna, de forma que se protejan los dientes y evitar así, su desgaste prematuro. En muchos casos, esa férula solo protege el desgaste dental, ya que los pacientes continuan y no cesa la fatiga muscular ni los trastornos músculo-esqueléticos que ocasiona.

Para minimizar estos problemas musculares, se necesita una rehabilitación logopedia, basada en la Terapia Miofuncional Orofacial (TMO). Esta intervención consta de la aplicación de ejercicios musculares adecuados para mejorar la hipertonía de los músculos faciales afectados y consiguiendo mejoras directas en los movimientos rotatorios de la mandíbula durante la masticación. También se obtiene un equilibrio y armonía de las estructuras y los músculos orofaciales que contribuirán a aliviar los dolores y la posible imputación condilar que pueda tener el paciente, mejorando su bienestar y su calidad de vida.

Además, implantar nuevos hábitos en la vida del paciente es una meta importante y necesaria para el avance de la rehabilitación. Por ejemplo debemos corregir la postura corporal de la persona bruxista para relajar el organismo y disminuir la tensión, realizar alguna actividad deportiva y que se convierta en un hábito (ya se sabe que el deporte libera endorfinas, hormona de la felicidad), instaurar un patrón respiratorio adecuado (respiración diafragmática), evitar hábitos nocivos que estimulan y estrenan la musculatura masticatoria (morderse las uñas, comer chicle, pipas, etc.) y realizar ejercicios y masajes de relajación sobre la zona orofacial antes de dormir.